"Érase una vez un sueño". Restaurante Peña Mea y su Candy bar.

¡¡Hola!!

Hoy os voy a contar algo nuevo, especial y diferente.

No quisiera hacer una entrada muy larga pero creo que me va a ser imposible. 

Hoy quiero contar tantas historias en una sola que casi no sé ni cómo empezar. Quiero hablar de lo que he hecho y visto este fin de semana pero también quiero contar como llegué a esa situación. Pero se entrelazan tantas vivencias, tantas historias y tantas personas que si no lo explico, aunque sea un poquito, será imposible que entendáis la pasión, el respeto, la admiración, el agradecimiento y el cariño con que escribo cada una de estas palabras.

Hoy os quiero hablar, dentro del apartado de “experiencias”,  del restaurante Peña Mea (Llanera – Asturias)

¿Veis? Como no os he explicado nada todavía ya os asalta la primera duda ¿cómo es posible que para hablar de un simple restaurante le ponga tanto sentimiento?

Pues empezamos por el principio.

Desde hace mucho tiempo pertenezco a una banda de gaitas (esto creo que ya lo sabéis porque os hablé de ello con anterioridad). Entre las muchas cosas que hacemos también tocamos en bodas y otro tipo de celebraciones sociales. Esto nos permite conocer muchos establecimientos hosteleros dedicados a este tipo de festejos. Voy a aprovechar para desmitificar algo sobre los gaiteros en las bodas. Os puedo prometer que nunca vamos con la intención de comer ni de beber gratis pero tengo que reconocer que, 4 ó 5 horas después de haber salido de casa con el traje puesto y la gaita a cuestas, una croqueta y un vaso de agua (o de sidra, jijiji) es lo más parecido a entrar en el paraíso. 

Pues en nuestras andanzas por esos mundos bodiles nos encontramos con casi de todo pero en este restaurante siempre nos han tratado tan bien que cuando en un ensayo oímos “este sábado hay que tocar una boda en el Peña Mea” todos levantamos la mano sin dudar. Estaremos eternamente agradecidos a los camareros que a última hora nos acercan un pequeño aperitivo.

Y esto es algo que influyó muchísimo cuando llego el momento de decidir en qué restaurante celebrar nuestra boda. Mi marido (también gaitero) y yo establecimos un criterio claro: en los sitios donde nos habían tratado bien cuando íbamos como gaiteros mejor nos tratarían cuando fuésemos como novios. Dos o tres visitas a restaurantes de la zona y la decisión fue sencilla ¡Peña Mea!

Todas las facilidades del mundo, toda la ayuda del mundo, toda la atención del mundo.

Y toda la comprensión del mundo cuando las cosas se torcieron, y se torcieron mucho. En ese momento, cuando ya habían demostrado con creces su calidad como profesionales, sacaron a relucir su calidad como personas. 

Solo os voy a decir que a pesar de todo, el día de nuestra boda todo salió todo lo bien que podía haber salido. Muchas gracias.

Y ahora es cuando nos metemos en materia.

Este año nos han invitado por segunda vez a participar en la feria de novios que organiza el propio restaurante y yo, que soy muy apañá, y a sabiendas de lo que allí se montaba; me llevé mi cámara y aproveché para inmortalizar lo que os voy a enseñar a continuación y que os va a hacer babear hasta límites insospechados.

Entre los muchos servicios que ofrecen está el famoso y deseado CANDY BAR. Para mí está muy por encima de la barra libre de toda la vida.

Imaginad que durante el tiempo de baile-barra libre ofrecéis a vuestros invitados una mesa repleta de chucherías y dulces.

No puede faltar una sección con chocolate.

Esta sartén llena de chocobolas me haría delirar.

Y esta torre de doughnuts casi me lleva al desmayo y me obliga a hacer una confesión: me comí uno de chocolate de desayuno/aperitivo y otro con glaseado de azúcar para merendar. Pa morise de lo buenos que estaban.

Pero aquí no acaba la cosa ¿os imagináis disfrutando durante el baile de crepes, gofres o palomitas recién hechas? Pues también es posible. También pude probar un crêpe relleno de Nutella que quitaba el sentido.

Y además con toda esta variedad de complementos y extras.

Por supuesto, también está la opción de la fuente de chocolate. Para acompañar ¿qué os parecen estas cookies con palo para mojar con toda comodidad?  Sin olvidar la fruta, los gofres y las nubes pinchadas en brocheta. La fuente no la probé, y no por falta de ganas, porque me conozco y me iba a manchar y no era plan seguir atendiendo a la gente toda pringada de chocolate.

Y termino con la última sugerencia: LA COCTELERÍA. Eso es el punto chicglamourosomibodaeslamásdivina que te puedes echar a la cara. Confieso, los cocktails estaban de 10.

Solo os enseño estas cosas porque son las que más pegan en este blog pero os puedo decir que en la feria había expositores, ajenos al restaurante, de todas las ramas que se pueden tocar a la hora de organizar una boda u otro evento similar: pirotecnia, vehículos de alquiler, moda, joyería, fotografía, floristería, detalles e invitaciones, peluquería y maquillaje, música, animación infantil, photocall… Todos ellos de gran calidad. 

Y después de la jornada de ayer estoy convencida de dos cosas:

-que si me volviese a casar (vale volver a casarse con el mismo) lo haría en el Peña Mea.

-que si hubiese tenido la opción de montar el Candy bar lo hubiese hecho sin dudar. Ahora me conformo con las chuches que puse durante la barra libre y que no estuvieron nada mal.

Espero que esta entrada os haya gustado o inspirado a tod@s l@s que estáis organizando alguna boda, bautizo, comunión, cumpleaños, cena de empresa, etc.

Y termino con un saludo especial a todos los trabajadores de esta pequeña empresa/gran familia que hacen que ese día especial lo sea de verdad. “Érase una vez un sueño” era el lema de la feria de este año, ellos convierten ese sueño en realidad.

Me despido con un secreto que solo algunos conocemos en profundidad ;)

Besinosssssssssssssssssssssssssssssss